Homenaje al Sagrado Corazón de Jesús para obtener santa vida y dichosa muerte.
Corazón de Jesús, fuente de todos los dones del cielo; El don de sabiduría para conocer, amar y gustar las verdades eternas:
Concédemelo, Señor.
El don de inteligencia para penetrar tus misterios:
Concédemelo, Señor.
El don de ciencia, para conocerme a mí mismo, y para despreciar las vanidades del mundo:
Concédemelo, Señor.
El don de consejo, para saber caminar entre las tinieblas y los peligros de esta vida:
Concédemelo, Señor.
Corazón de Jesús, fuente de todos los dones del cielo; El don de fortaleza para vencer las tentaciones del enemigo y las dificultades de la virtud:
Concédemelo, Señor.
El don de piedad para amar la oración y servirte con alegría:
Concédemelo, Señor.
El don del santo temor para huir con horror de todo lo que puede desagradarte:
Concédemelo, Señor.
Corazón de Jesús, fuente de todos los dones del cielo; El don de lágrimas, para llorar mis pecados:
Concédemelo, Señor.
El espíritu de penitencia, para satisfacer a la justicia divina:
Concédemelo, Señor.
El don de la perseverancia final para vivir y morir en tu gracia:
Concédemelo, Señor.
Amén.
Se puede adquirir la vida eterna siempre y cuándo sigamos al pie de la letra LOS MANDAMIENTOS DE DIOS. Es decir que NO ACOMODEMOS LOS MANDAMIENTOS A NUESTRA CONVENIENCIA. Dios quiere ver de nosotros acciones congruentes con sus mandamientos (no que profesemos algo y hagamos lo contrario). Dios quiere personas HUMILDES DE CORAZÓN para que su palabra transforme la vida de aquellos soberbios que no aceptan consejos y se empecinan en albergar odio y rencor hacia sus semejantes porque de lo contrario; terminarán condenando su alma como satanás (que fue un ángel) pero se reveló ante DIOS por su SOBERBIA y terminó siendo el rey del infierno. Por eso estamos llamados a ser humildes; a no contaminar nuestra alma con rencores, odios o resentimientos ya que son emociones tóxicas que nos orillan e inducen a comportarnos como lucifer y no nos convierten en auténticos católicos, además de NO ASEGURARNOS LA VIDA ETERNA Y MUCHO MENOS SANTA.
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