Ya estamos en el décimo tercer domingo del Tiempo Ordinario, y en este Día del Señor estamos congregados como Iglesia de Cristo para ser alimentados con el pan de su palabra y con el pan sacramentado del altar, que es su Cuerpo y Sangre, para que, nutridas nuestras almas, tengamos la fuerza de seguirlo y ser dignos de Él.
Con nuestros corazones preparados para esta Acción de Gracias, pongámonos de pie e iniciemos nuestra Santa Misa con el canto de entrada.
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