El diccionario Miriam-Webster define el canibalismo como:
1. La alimentación, usualmente por razones rituales, de carne humana por parte de un ser humano.
2. El consumo de la carne de un animal por otro animal de la misma especie.
El canibalismo implica la masticación, la deglución y la metabolización de la carne y la sangre, ya sea durante o después de la muerte de un animal de la misma especie; o, si nos ceñimos a la definición #1, el asesinato y la alimentación de un ser humano por otro ser humano.
Los católicos no hacemos nada de esto en la Eucaristía. Aunque Cristo está substancialmente presente -cuerpo, sangre, alma y divinidad- en la Eucaristía, los accidentes del pan y del vino permanecen. Aquí resulta esencial definir los términos. Cuando la Iglesia enseña que el pan y el vino en la Misa son transubstanciados en el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Cristo, tenemos que entender lo que esto significa. La palabra, transubstanciación, significa literalmente "transformación de la sustancia". "Sustancia" se refiere a aquello que hace a una cosa esencialmente lo que es. Por lo tanto, "sustancia" y "esencia" son sinónimos. Por ejemplo, el hombre está esencialmente compuesto de cuerpo, alma, intelecto y voluntad. Si elimina cualquiera de estos, ya no es una persona humana. Los accidentes o alteraciones serían cosas como el color del pelo, color de ojos, el tamaño, el peso, etc. Uno puede cambiar cualquiera de estos y no habría ningún cambio en la esencia o sustancia de la persona.
En la Eucaristía, después de que el sacerdote consagra el pan y el vino y que son, de hecho, transubstanciados en el cuerpo, sangre, alma y divinidad de nuestro Señor, nuestro Señor está entonces enteramente presente. Ni el pan ni el vino permanecen. Sin embargo, los accidentes del pan y del vino (tamaño, peso, sabor, textura) se mantienen. Por lo tanto, la razón esencial por la que los católicos no somos culpables de canibalismo es el hecho de que no recibimos a nuestro Señor bajo una forma canibalística. Lo recibimos bajo la forma de pan y vino. Las dos son esencialmente diferentes.
Para profundizar un poco más en esto, yo sugeriría que hay al menos seis razones por las cuales la Eucaristía y el canibalismo son cualitativamente, o esencialmente, cosas diferentes.
1. En el canibalismo, la persona que se consume está, generalmente hablando, muerta. Jesús no está muerto. Nosotros lo recibimos en su cuerpo resucitado y no lo afectamos en lo más mínimo. De hecho, él no cambia en lo más mínimo. ¡Él nos cambia a nosotros! Esto está lejos del canibalismo.
2. En el canibalismo, sólo una parte de la víctima es consumida. Uno no se come los huesos, tendones, etc. En la Eucaristía, nosotros consumimos cada parte del Señor, ojos, pelo, sangre, huesos, etc. Pero, de nuevo, hago hincapié en que lo hacemos bajo las apariencias del pan y del vino. Esto es esencialmente diferente del canibalismo, lo que conduce a nuestro siguiente punto:
3. En el canibalismo, los accidentes de la sangre y la carne son consumidos. Uno debe desgarrar la carne, beber sangre, etc. En la Eucaristía, nosotros solo consumimos los accidentes de pan y vino. Esto no es canibalismo.
4. En el canibalismo, sólo se consume un cuerpo, no una persona. La persona y el alma de la víctima se han marchado. En la Eucaristía, nosotros consumimos toda la persona de Jesucristo, cuerpo, sangre, alma y divinidad. Uno no puede separar el cuerpo de Cristo, de su Persona Divina. Por lo tanto, esta es una comunión espiritual, así como un consumo físico. Nos hacemos uno con Cristo a un nivel místico en este sacramento. Esto está lejos del canibalismo.
5. En el canibalismo, sólo se recibe un sustento temporal, que es fugaz. En la Eucaristía, recibimos la vida divina de Dios mediante la fe y la recepción de nuestro Señor bien dispuesto, es decir, recibimos la vida eterna (Juan 6: 52-55). Esto es esencialmente diferente del canibalismo.
6. En el canibalismo, una vez que se come la carne de la víctima, ésta se ha ido para siempre. En la Eucaristía, podemos consumirla todos los días y, como se ha mencionado en el punto #1, no la cambiamos ni un poco. Él sigue siendo el mismo.
Reflexiones finales
Uno siempre debe de tener cuidado al aplicar términos y conceptos a Dios. Muchas personas pierden el rastro con respecto a la fe porque cometen el error de aplicar los términos de una manera humana a Dios, quien es infinito. Podríamos hablar de los mormones que afirman que Dios, el Padre, tiene un cuerpo físico, porque las Escrituras hablan de las “espaldas” de Dios en Éxodo, o "la mano del Señor", los "ojos del Señor", etc. Probablemente han escuchado la clásica réplica a estas afirmaciones mormonas: "El Salmo 91 se refiere a las 'plumas y alas' de Dios. ¿Quiere decir esto que Dios es una especie de ave?"
El error aquí, por supuesto, tiene sus raíces en interpretar textos que no estaban destinados a ser utilizados en un sentido estricto y literal, como si lo fueran. "Espaldas" tiene que significar "espaldas”, ¿cierto?
Cuando se trata de la Trinidad, algunos de quienes niegan esta enseñanza esencial claman que los Cristianos estamos enseñando que Dios es "tres seres" porque decimos que Dios es "tres personas". Sin embargo, persona, en lo que se refiere a Dios, no significa que son tres seres. Hay una diferencia esencial entre "persona" en su relación con Dios, y "persona" en relación a los hombres y los ángeles.
Podríamos citar una larga lista de ejemplos que contienen problemas similares.
Cuando se llega al grano, los negadores que rechazan la Eucaristía, y más específicamente, aquellos que nos acusan a los católicos de canibalismo porque decimos que "consumimos" al Señor en la Eucaristía, cuerpo, sangre, alma y divinidad, fallan al entender que es a lo que realmente nos referimos por consumir al Señor. Terminan objetando exactamente igual que los incrédulos "Judios" de Juan 6:52, que dijeron: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"
Si usted está pensando en una ingestión de sangre canibalista, él no puede hacer eso. Pero si se entiende, como dijo Jesús, "El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada, las palabras que he hablado son Espíritu y vida", entonces lo entiendes. La Eucaristía representa un milagro confeccionado por el poder del Espíritu Santo.
Dios puede hacer eso.
Tim Staples.
1. La alimentación, usualmente por razones rituales, de carne humana por parte de un ser humano.
2. El consumo de la carne de un animal por otro animal de la misma especie.
El canibalismo implica la masticación, la deglución y la metabolización de la carne y la sangre, ya sea durante o después de la muerte de un animal de la misma especie; o, si nos ceñimos a la definición #1, el asesinato y la alimentación de un ser humano por otro ser humano.
Los católicos no hacemos nada de esto en la Eucaristía. Aunque Cristo está substancialmente presente -cuerpo, sangre, alma y divinidad- en la Eucaristía, los accidentes del pan y del vino permanecen. Aquí resulta esencial definir los términos. Cuando la Iglesia enseña que el pan y el vino en la Misa son transubstanciados en el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Cristo, tenemos que entender lo que esto significa. La palabra, transubstanciación, significa literalmente "transformación de la sustancia". "Sustancia" se refiere a aquello que hace a una cosa esencialmente lo que es. Por lo tanto, "sustancia" y "esencia" son sinónimos. Por ejemplo, el hombre está esencialmente compuesto de cuerpo, alma, intelecto y voluntad. Si elimina cualquiera de estos, ya no es una persona humana. Los accidentes o alteraciones serían cosas como el color del pelo, color de ojos, el tamaño, el peso, etc. Uno puede cambiar cualquiera de estos y no habría ningún cambio en la esencia o sustancia de la persona.
En la Eucaristía, después de que el sacerdote consagra el pan y el vino y que son, de hecho, transubstanciados en el cuerpo, sangre, alma y divinidad de nuestro Señor, nuestro Señor está entonces enteramente presente. Ni el pan ni el vino permanecen. Sin embargo, los accidentes del pan y del vino (tamaño, peso, sabor, textura) se mantienen. Por lo tanto, la razón esencial por la que los católicos no somos culpables de canibalismo es el hecho de que no recibimos a nuestro Señor bajo una forma canibalística. Lo recibimos bajo la forma de pan y vino. Las dos son esencialmente diferentes.
Para profundizar un poco más en esto, yo sugeriría que hay al menos seis razones por las cuales la Eucaristía y el canibalismo son cualitativamente, o esencialmente, cosas diferentes.
1. En el canibalismo, la persona que se consume está, generalmente hablando, muerta. Jesús no está muerto. Nosotros lo recibimos en su cuerpo resucitado y no lo afectamos en lo más mínimo. De hecho, él no cambia en lo más mínimo. ¡Él nos cambia a nosotros! Esto está lejos del canibalismo.
2. En el canibalismo, sólo una parte de la víctima es consumida. Uno no se come los huesos, tendones, etc. En la Eucaristía, nosotros consumimos cada parte del Señor, ojos, pelo, sangre, huesos, etc. Pero, de nuevo, hago hincapié en que lo hacemos bajo las apariencias del pan y del vino. Esto es esencialmente diferente del canibalismo, lo que conduce a nuestro siguiente punto:
3. En el canibalismo, los accidentes de la sangre y la carne son consumidos. Uno debe desgarrar la carne, beber sangre, etc. En la Eucaristía, nosotros solo consumimos los accidentes de pan y vino. Esto no es canibalismo.
4. En el canibalismo, sólo se consume un cuerpo, no una persona. La persona y el alma de la víctima se han marchado. En la Eucaristía, nosotros consumimos toda la persona de Jesucristo, cuerpo, sangre, alma y divinidad. Uno no puede separar el cuerpo de Cristo, de su Persona Divina. Por lo tanto, esta es una comunión espiritual, así como un consumo físico. Nos hacemos uno con Cristo a un nivel místico en este sacramento. Esto está lejos del canibalismo.
5. En el canibalismo, sólo se recibe un sustento temporal, que es fugaz. En la Eucaristía, recibimos la vida divina de Dios mediante la fe y la recepción de nuestro Señor bien dispuesto, es decir, recibimos la vida eterna (Juan 6: 52-55). Esto es esencialmente diferente del canibalismo.
6. En el canibalismo, una vez que se come la carne de la víctima, ésta se ha ido para siempre. En la Eucaristía, podemos consumirla todos los días y, como se ha mencionado en el punto #1, no la cambiamos ni un poco. Él sigue siendo el mismo.
Reflexiones finales
Uno siempre debe de tener cuidado al aplicar términos y conceptos a Dios. Muchas personas pierden el rastro con respecto a la fe porque cometen el error de aplicar los términos de una manera humana a Dios, quien es infinito. Podríamos hablar de los mormones que afirman que Dios, el Padre, tiene un cuerpo físico, porque las Escrituras hablan de las “espaldas” de Dios en Éxodo, o "la mano del Señor", los "ojos del Señor", etc. Probablemente han escuchado la clásica réplica a estas afirmaciones mormonas: "El Salmo 91 se refiere a las 'plumas y alas' de Dios. ¿Quiere decir esto que Dios es una especie de ave?"
El error aquí, por supuesto, tiene sus raíces en interpretar textos que no estaban destinados a ser utilizados en un sentido estricto y literal, como si lo fueran. "Espaldas" tiene que significar "espaldas”, ¿cierto?
Cuando se trata de la Trinidad, algunos de quienes niegan esta enseñanza esencial claman que los Cristianos estamos enseñando que Dios es "tres seres" porque decimos que Dios es "tres personas". Sin embargo, persona, en lo que se refiere a Dios, no significa que son tres seres. Hay una diferencia esencial entre "persona" en su relación con Dios, y "persona" en relación a los hombres y los ángeles.
Podríamos citar una larga lista de ejemplos que contienen problemas similares.
Cuando se llega al grano, los negadores que rechazan la Eucaristía, y más específicamente, aquellos que nos acusan a los católicos de canibalismo porque decimos que "consumimos" al Señor en la Eucaristía, cuerpo, sangre, alma y divinidad, fallan al entender que es a lo que realmente nos referimos por consumir al Señor. Terminan objetando exactamente igual que los incrédulos "Judios" de Juan 6:52, que dijeron: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"
Si usted está pensando en una ingestión de sangre canibalista, él no puede hacer eso. Pero si se entiende, como dijo Jesús, "El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada, las palabras que he hablado son Espíritu y vida", entonces lo entiendes. La Eucaristía representa un milagro confeccionado por el poder del Espíritu Santo.
Dios puede hacer eso.
Tim Staples.
Honestamente no veo la diferencia. Me parece aún mas repugnante e inquietante el hecho de que se consuma -tal cual dice su texto- "... cada parte del Señor, ojos, pelo, sangre, huesos, etc". Además , si es cierto que se consume entero al Señor , es indudable que los accidentes pasen al tracto digestivo. En que parte del recorrido la esencia de Cristo se desvanece y vuelve a ser esencialmente pan y vino?. En el estómago? en el intestino? O es que acaso la "esencia" del Señor permanece en las heces? . En serio es una pregunta que me hicieron hace poco y no pude responder. Yo soy católico pero no practicante, es más estas inquietudes sin respuesta que me hacen me alejan cada vez mas de estos ritos. Serías tan amable de contestarme? saludos.
ResponderEliminarHay una falacia fuertemente extendida en el protestantismo, según la cual, si los católicos comemos el verdadero Cuerpo de Cristo, entonces estaríamos "echando a Cristo por el retrete". Semejante locura solo puede ser afirmada cuando se desconoce completamente lo que es la Transustanciación.
EliminarLa fe católica (y esto viene desde los primerísimos siglos, te dejaré abajo un enlace con algunas citas al respecto), siempre ha afirmado que bajo los signos del pan y del vino comemos verdaderamente el Cuerpo y Sangre de Cristo, y la presencia sustancial permanece mientras permanecen los accidentes, una vez que estos desaparecen, la presencia sustancial desaparece con ellos.
Y aquí es donde se resuelve tu duda: Conforme se efectúa el proceso digestivo, los accidentes del pan se van transformando en otra cosa, diríamos en términos de física, que sufren un cambio cualitativo, dejan de tener las características del pan, su olor, color, peso, etc., y se convierten en otra cosa, en algo completamente distinto a lo que era, y si estamos ante algo distinto (puesto que ha ocurrido un cambio cualitativo), ya no puede estar presente allí la presencia de Cristo. Así que conforme se van descomponiendo y transformando los accidentes del pan, va desapareciendo también la presencia sustancial y sacramental del Señor (la presencia se hace efectiva únicamente bajo el signo del pan, no en lo que éste signo se convierta después) y por tanto lo que llega al tracto intenstinal no son ya los accidentes del pan, ni, como es lógico, la presencia eucarística del Señor.
En cuanto a comer los ojos, el pelo, etc., no debe escandalizarte, recuerda que estamos hablando de una presencia SUSTANCIAL, por ello la explicación teológica de esta doctrina se llama TranSUSTANCIAción y no transformación; nos alimentamos de la sustancia o esencia de todo lo que Cristo es, como verdadero Dios, pero también como verdadero Hombre, mas no nos comemos cabellos u ojos humanos en un plato, sino la sustancia de todo lo que ello es, o sea, la sustancia de Jesús.
Te dejo aqui algunas citas de los llamados 'Padres de la Iglesia primitiva' sobre la creencia de la presencia real del Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía:
La Presencia Real de Cristo en la Eucaristía con citas de los Padres de la Iglesia.
Te animo a retomar la práctica de nuestra hermosa fe, saludos en Cristo.
Como complemento a la respuesta que te dieron, te comento que la Presencia de Cristo,luego de tomar el Santo Sacramento, permanece hasta la próxima Eucaristía. Hay un libro llamado Diario de la Divina Misericordia en mi alma. Es de una de las almas más místicas del siglo XX, se llama Santa Faustina Kowalska.Te lo recomiendo. Saludos.
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