Por: Alfredo Rodríguez
Es conocido que la mayoría de nuestros hermanos separados (cristianos no católicos) niegan la presencia real de Cristo en la eucaristía, aunque bien cabe aclarar que en algunas corrientes luteranas del "protestantismo clásico" no es así, pues el mismo Lutero, aun habiéndose separado de la Iglesia Católica, afirmaba con toda contundencia que el cuerpo y la sangre de Jesucristo estaba presente en la Santa Cena.
Es una verdadera lástima que los miembros de las actuales denominaciones evangélicas protestantes, debido a sus prejuicios anticatólicos, se pierdan de una de las más grandes y asombrosas maravillas que puede experimentar una persona que ame a Jesús, como lo es el recibir, de manera literal, el cuerpo de nuestro señor Jesucristo.
Hay que reconocer, que a pesar de todos sus errores teológicos y doctrinales, muchos evangélicos protestantes muestran un ferviente amor por Cristo, y mientras que Él se hace realmente presente en cada misa católica para entregar su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad a cada uno de los que comulgamos, no deja de ser un poco triste pensar en lo que se están perdiendo todos esos hermanos.
En un reciente debate, un protestante que no aclaró a qué iglesia pertenece, negando la eucaristía, decía un tanto de manera irónica a otro hermano católico lo siguiente:
Es conocido que la mayoría de nuestros hermanos separados (cristianos no católicos) niegan la presencia real de Cristo en la eucaristía, aunque bien cabe aclarar que en algunas corrientes luteranas del "protestantismo clásico" no es así, pues el mismo Lutero, aun habiéndose separado de la Iglesia Católica, afirmaba con toda contundencia que el cuerpo y la sangre de Jesucristo estaba presente en la Santa Cena.
Es una verdadera lástima que los miembros de las actuales denominaciones evangélicas protestantes, debido a sus prejuicios anticatólicos, se pierdan de una de las más grandes y asombrosas maravillas que puede experimentar una persona que ame a Jesús, como lo es el recibir, de manera literal, el cuerpo de nuestro señor Jesucristo.
Hay que reconocer, que a pesar de todos sus errores teológicos y doctrinales, muchos evangélicos protestantes muestran un ferviente amor por Cristo, y mientras que Él se hace realmente presente en cada misa católica para entregar su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad a cada uno de los que comulgamos, no deja de ser un poco triste pensar en lo que se están perdiendo todos esos hermanos.
En un reciente debate, un protestante que no aclaró a qué iglesia pertenece, negando la eucaristía, decía un tanto de manera irónica a otro hermano católico lo siguiente:
"¿Que le parece si hacemos una prueba, a una hostia después de Bendecida para ver si se volvió carne. ¿Se anima?"
Con mi respuesta quería animarlo a investigar sobre los maravillosos misterios de los 'milagros eucarísticos' investigados científicamente por Ricardo Castañón, en los que, sin ninguna explicación desde el punto de vista materialista, han ocurrido fenómenos que nos sirven de señal para reconocer que la presencia de Cristo en la Eucaristía es cierta y verdadera.
Mi respuesta: ¿Has escuchado hablar de los milagros eucarísticos? Yo te propongo que expliques, si es que no crees en la presencia real de Jesús en la Eucaristía, cómo es que brota sangre real y aparecen células VIVAS (y que han permanecido vivas por años) de tejido del músculo del corazón en un pedazo de pan.
¿Increíble, no crees? La Iglesia afirma, siguiendo fielmente la enseñanza de Jesús, que el pan del altar, luego de la consagración, aunque sigue teniendo la forma de pan, se convierte en el verdadero cuerpo de Cristo, y justamente en esos fragmentos de pan consagrado, pasando por encima de cualquier explicación de las leyes naturales, se han sucedido manifestaciones sobrenaturales, inexplicables para el reduccionista y limitado cientificismo materialista.
¿No ves en eso una señal inequívoca de que Cristo les está gritando "aquí está mi Cuerpo y mi Sangre, les entrego esta pequeña prueba por si lo siguen dudando"?
Desde el día que descubrí dichos fenómenos, y después de investigar que los análisis hayan sido reales y siguiendo el protocolo científico correcto (pues no soy precisamente de las personas que se creen lo primero que ven), demostrando que no se trataba de ningún fraude, me sigo preguntando cómo puede haber protestantes, que conociendo milagros de esa magnitud, se atrevan a seguir negando la Eucaristía, y más grave aún, que se sigan perdiendo voluntariamente por sus prejuicios anticatólicos, de tan maravillosa experiencia de poder recibir literalmente el Cuerpo de Cristo.
¿Increíble, no crees? La Iglesia afirma, siguiendo fielmente la enseñanza de Jesús, que el pan del altar, luego de la consagración, aunque sigue teniendo la forma de pan, se convierte en el verdadero cuerpo de Cristo, y justamente en esos fragmentos de pan consagrado, pasando por encima de cualquier explicación de las leyes naturales, se han sucedido manifestaciones sobrenaturales, inexplicables para el reduccionista y limitado cientificismo materialista.
¿No ves en eso una señal inequívoca de que Cristo les está gritando "aquí está mi Cuerpo y mi Sangre, les entrego esta pequeña prueba por si lo siguen dudando"?
Desde el día que descubrí dichos fenómenos, y después de investigar que los análisis hayan sido reales y siguiendo el protocolo científico correcto (pues no soy precisamente de las personas que se creen lo primero que ven), demostrando que no se trataba de ningún fraude, me sigo preguntando cómo puede haber protestantes, que conociendo milagros de esa magnitud, se atrevan a seguir negando la Eucaristía, y más grave aún, que se sigan perdiendo voluntariamente por sus prejuicios anticatólicos, de tan maravillosa experiencia de poder recibir literalmente el Cuerpo de Cristo.
Si tienes un verdadero interés en profundizar, te dejo acá el enlace a un video:
Los milagros eucarísticos son reales, Jesús está vivo en la Eucaristía para entrar en nosotros y llenarnos de todo su amor!
ResponderEliminarEn los cielos y en la tierra sea por siempre alabado, el corazón amoroso de Jesús Sacramentado