¿Sabías que los textos de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento no fueron firmados por quienes los escribieron? Es la Tradición la que nos proporciona los datos sobre sus autores y su origen en el círculo apostólico, datos que fueron transmitidos y resguardados en el seno de la Iglesia de siglo en siglo.
Hay quienes dicen que solo hay que confiar en la Escritura y no en la Tradición. Pues bien, deshagámonos de la información proporcionada por la Tradición y nos quedan solo cuatro textos anónimos, cuyo origen apostólico –y por tanto su carácter autoritativo en materia de fe- tendría que ser puesto en duda. De ese tamaño es la importancia de la Tradición.
Hay quienes dicen que solo hay que confiar en la Escritura y no en la Tradición. Pues bien, deshagámonos de la información proporcionada por la Tradición y nos quedan solo cuatro textos anónimos, cuyo origen apostólico –y por tanto su carácter autoritativo en materia de fe- tendría que ser puesto en duda. De ese tamaño es la importancia de la Tradición.
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